Anochecía, nos refugiábamos en ese parque antiquísimo de árboles añejos vestidos de invierno, con la tierra húmeda de lluvia reciente, tú y yo silenciosos, caminando sin caminar por un sendero amarillo bordeado de bancas con parejas amándose sin recato.
A la sombra adusta del Museo de Bellas Artes y sin mediar aviso, el viento me trajo una pregunta desde tu alma y de respuesta un sí se atoró en mis labios.
En el silencio sonó un beso que libero mi sí por siempre, de eso hace ya cinco años y mas... Aquí continuamos unidos por ese si, caminando sin caminar.
A la sombra adusta del Museo de Bellas Artes y sin mediar aviso, el viento me trajo una pregunta desde tu alma y de respuesta un sí se atoró en mis labios.
En el silencio sonó un beso que libero mi sí por siempre, de eso hace ya cinco años y mas... Aquí continuamos unidos por ese si, caminando sin caminar.