miércoles, 26 de noviembre de 2008

Amando en la niebla

Una niebla espesa invade nuestras vidas, una niebla que no nos permite ver el futuro con claridad y a cada paso sentimos el temor de caer al abismo de la tristeza y dolor... Entre espesas nubes de incertidumbre caminamos lentamente, tan lentamente que a veces pareciera que no avanzamos, que nos hemos detenido en la inmensidad de la nada... detenidos sobre un puente plantado en medio del vacío, que se oscila con el viento de nuestros pesares.

Anhelamos tanto el hermoso momento de comenzar a sentir los primeros movimientos de nuestra pequeña... anhelábamos que el tiempo volara para comenzar a palpar su vida dentro de mi, para que reconociera nuestras voces y se moviera junto a una canción y ahora llegado el momento la niebla del temor nos hace tan difícil disfrutarlo...

Cada mañana doy gracias a Dios por que las cosas marchan bien, un día mas que se va y que llega, es un día mas para nuestra pequeña... un día mas para crecer, para madurar, para estar a salvo... y junto con dar gracias ruego por el siguiente día, por la siguiente semana... paso a paso, lentamente sin saber que se viene mañana o la próxima semana. Envuelta en la niebla de la incertidumbre, avanzando a tientas, con miedo, en ascuas y sin atreverme a planear la vida para el próximo mes; y entre tanta niebla a veces se me olvida que no camino sola en esta espesura de temor, que me basta estirar la mano y encontrare a quien me sostendra el resto del camino de ser preciso... que mis pesares y aprensiones no son solo mios y es que el temor y dolor te vuelven un ser egoísta y muchas veces injusto.

Tu, mi gran amor, mi compañero del alma y padre de nuestra hija siempre caminas junto a mi, silencioso, apoyandome en cada paso, sufriendo en silencio los mismos temores, los mismos dolores y la misma incertidumbre... y a mi se me olvida que estas para mi, así como yo estoy para ti... se me olvida extender el brazo para tocarte, para sentirte, para pedirte consuelo... y se me olvida extender la mano para apoyarte y para consolarte en tu temor que están inmenso y abrumador como el mio.

Se me olvida y lo siento tanto, no imaginas como retumban en mis oídos tus palabras, como me duele tu dolor, como me duele mi injusticia... como quisiera que mi amor bastara para borrar mi ingratitud... te amo y comprendo que estas aquí junto a mi, que la Antonia es tan hija tuya como mía y se que también sientes miedo de que las cosas se precipiten y vas viviendo la vida envuelto por la misma niebla de incertidumbre y temor, paso a paso lentamente... que la vida no se detuvo solo para mi y que es probablemente aun mas complejo enfrentar el día a día, la rutina y el ritmo de la vida normal con este temor a cuestas... creeme que hoy lo veo todo mas claro.

Extiende tu mano amor mio, aferrate a la mía... y este amor inmenso que nos une, que nos ha unido siempre y que nos ha llevado a través de inmensos dolores, ahora nos sostendra mientras cruzamos este puente misterioso y envuelto en niebla, que nos lleva camino a la vida de a tres.