martes, 2 de junio de 2009

Insomnio

Reina la noche silenciosa, luces tenues iluminan las solitarias y frías calles, el mundo descansa del diario ajetreo y mi casa esta en penumbras, mi esposo duerme tranquilo desde hace un rato, mi pequeña hace media hora se rindió al cansancio y yo, yo estoy en vela... los misteriosos ruidos que envuelven la noche me sobrecogen, me acurruco al cuerpo de mi esposo, busco su calor, su resguardo, no se por que siento temor, no es la primera noche que me la paso despierta y sin embargo hoy siento miedo. Cerca de mi cama, el moisés donde duerme mi pequeña, ella descasa serena, tanto que a ratos no escucho su suave respiración, me asusto y me acerco despacito para verla respirar... ella esta bien, calentita, serena, dormida y yo en vela.

Cierro los ojos invitando al sueño que se niega a venir, estoy cansada, ha sido un largo día y siento el peso de la maternidad sobre mis hombros, pero no logro conciliar el sueño, mil cosas dan vueltas en mi cabeza. Una y otra vez calculo la hora en que debería despertar mi pequeña, a las 4:00 am en punto y miro el reloj sobre el hombro de mi dormido amor... solo me quedan tres horas de sueño antes de que despierte mi Antonia y suspiro. Quiero dormir, las primeras cuatro horas de sueño son cruciales, es cuando realmente descanso, pero no puedo y no entiendo porque. Otra vez me levanto a mirar a mi niña hermosa... se ve tan serena dormida ¡que ganas de sacarla de su cama y apretarla contra mi pecho! que hermosa que es, que dulzura, suavemente acaricio su carita, se mueve poquito, me sobresalto ¡no vaya a ser que despierte! y yo sin dormir nada. Vuelvo a mi cama, me acurruco a la espalda de mi esposo, reclama dormido, seguro estoy muy fría, lo tapo, se acomoda y sigue durmiendo y yo en vela.

Sueño esquivo que se me escurre en la oscuridad de la noche, quiero dormir y no puedo. Otra vez los cálculos, el tiempo transcurre, solo me quedan dos horas para que mi porotita despierte y deba atenderla, pasarla a mi cama y si no he dormido me sera imposible conciliar el sueño con ella entre nosotros... suspiro y cierro los ojos, repaso el día, la mañana estuvo agitada, corrí haciendo los quehaceres mientras mi pequeña reclamaba su tiempo, no almorcé, no me dio tiempo de cocinar, apenas termine con las labores y ya era hora de que ella comiera y durmiera, no quiso quedarse en su cunita, durmió en mis brazos... que mal enseñada la tengo, va a sufrir cuando tenga que volver a trabajar, que lastima, quisiera poder evitarselo... no quisiera volver a trabajar, quisiera quedarme junto a ella y verla crecer, que angustia me produce separme de ella, mi mente divaga sobre el momento en que deba dejarla, me angustia, aumenta mi desvelo... huyo de estos pensamiento y trato de volver al repaso del día, buscando el sueño esquivo... no almorcé, comí cualquier cosa por ahí y me detengo en lo mal que me estoy alimentando y en como he subido de peso, eso me deprime, me causa angustia, ya no reconozco mi cuerpo, todos los días me prometo hacer algo pero en eso me quedo, la ansiedad me gana, el hambre, el ajetreo y termino rompiendo mi promesa de comer sano, me angustio... doy vueltas en mi cama aun mas desvelada tratando de evitar estos pensamientos que me causan angustia. Pienso en mi pequeña, en lo hermosa que esta, lo mucho que ha crecido y en como ya me reconoce y sabe de mi, de su papá de su casa... trato de escuchar su respiración en el silencio de la noche, no se siente ningún murmullo, me levanto nuevamente para observarla, chiquitita esta dormida profundamente, que envidia si se ve tan tranquilita mi pequeñita y yo con este insomnio enloquecedor.
Vuelvo a la cama, no sin antes mirar el reloj que me amenaza con esos enormes números verdes, no entiendo como Cristian puede dormir con ellos siempre vigilandolo desde su velador... en fin, el duerme profundamente, ajeno a mi y a nuestra porota, que envidia, yo con este insomnio desolador. Me acomodo, saco cuentas, solo me queda una hora de sueño profundo y no puedo dormir, me acurruco, cambio de posición y sin notarlo me entrego al cansancio, dormito y lentamente me adentro al mundo de los sueños al fin
Mi porota comienza a moverse inquieta... son las 4:00 am

3 comentarios:

Cristián dijo...

Maldito insomnio que a veces no te da tregua, maldito miedo que llama al insomnio, cuántas ganas de haber velado juntos esa noche, de haberte acompañando y espantado los miedos, la angustia, la ansiedad, como tu lo haces conmigo, de haber llamado a la calma para que te acurrucaras en mis brazos y durmieras por el tiempo necesario bajo mi atento cuidado.

Te amo mi amor y veo cómo te cambió la vida, cómo nos cambió la vida, soy testigo de tu esfuerzo diario por cuidar a nuestra amada Porota y darle todo lo necesario para convertirla en una buena persona, digna de ti, digna de ser hija de su madre.

Te amo,
las amo...

Danna dijo...

El insomnio es mi perseguidor desde mis años mozos, ya casi me es familiar, pero existen noches que me sobrecogen el alma, que me asustan y se me vuelven eternas. Si no fuera por la tibieza de tu cuerpo reposando junto al mio, enloqueceria, aun dormido me proteges y me acoges en tu calor.
Te amo
Gracias por dormir cada noche junto a mi.

Anónimo dijo...

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