Atrás han quedado nuestras ansiadas vacaciones... Futrono, Valdivia y su paz... esos largos días en soledad recorriendo hermosos paisajes, si mas obligación que disfrutar y disfrutarnos. Por unos cuantos días, dejamos en pausa nuestra realidad y nos lanzamos a la loca aventura de vivir el momento sin mas sentido que amarnos y vivirnos intensamente... que hermoso fue, inolvidable como cada verano y como siempre fue un baño de agua fría retomar nuestra rutina y no es que sea tan dura o traumante es solo que tiene demasiado sabor a realidad... Se fue tan rápido el tiempo y con el esas horas infinitamente felices que vivimos en el limbo de las responsabilidades y el ensueño de las vacaciones... aun no estoy preparada para escribir sobre ellas, es doloroso y decepcionante viajar hacia los recuerdos para luego encontrarse de golpe con un feo Santiago, una odiosa locomoción colectiva, una rutina impuesta y horas compartidas con personas que no aportan mas que dolores de cabeza a mi vida... aun no estoy preparada para sumir que esta es mi realidad por 11 meses mas.
Lo bueno y lo que me permite sobrevivir a las 10 horas laborales, es que cada tarde vuelvo a mi pequeño mundo, ese donde tú, amor mio, eres el principal protagonista y las horas entre tus brazos transcurren en paz y dicha. Y se que cada noche me acurrucare entre tus brazos y dejaremos al mundo y sus locuras fuera de nuestra cama e intimidad. De alguna manera loca logramos dejar atrás las preocupaciones y los problemas y nos vivimos intensamente en cada segundo que nos queda juntos en soledad... reímos, lloramos y disfrutamos como si solo existieramos tu y yo en esta tarde otoñal.
Hay días en que no quisiera salir al mundo y enfrentar lo gris de mis horas sin ti... me da angustia pensar la cantidad de tiempo que tendrá que pasar hasta que volvamos a estar juntos y quisiera esconder la cabeza en la tierra cual avestruz acobardada hasta que caiga la tarde y otra vez estemos juntos... solo tú recuerdo sonriendo desde la foto pegada en la pared me da fuerzas para luchar, segura que al caer la tarde te encontrare en el atiborrado anden del metro, esperando por mi... con tu mano extendida y tus ojos llenos de amor presto a esconderme entre tus brazos...
Te amo... salvame de la pesadilla de estar sin ti...