Las 06:20 am... En el silencio matutino la voz de Alberto Plaza con su "No me creas", me despierta y recuerda que ya es hora de iniciar un día mas de la ajetreada semana laboral. Con los ojos aun cerrados, percibo junto a mi, la tibieza del cuerpo de mi amado que se acomoda para seguir durmiendo totalmente ajeno al canto de Plaza... su mano en mi vientre, su cabeza en mi hombro, nuestras piernas entrelazada... No se como logramos enredarnos así por las noches...
Resignada abro lentamente los ojos rebeldes de sueño y compruebo, con pesar, que efectivamente a llegado el día, miro la radio reloj desde donde salen los últimos acordes de No me creas y compruebo que ya han transcurrido 5 preciados minutos... Ahora canta Alejandro Fernández, mi esposo a abierto los ojos y me mira con incredulidad, esta cansado, tiene sueño, después de todo es el ultimo viernes del año, es normal que se sienta reacio a comenzar el día... Me aprieta aun mas contra su cuerpo, dejandome prisionera de su calor y se vuelve a dormir... calla Alejandro Fernandez y un locutor de voz mucho menos amable, me informa que ya son las 6:35 am, parece que supiera que se me han escapado 5 minutos fatales, con pesar me desprendo del abrazo cariñoso de mi esposo, beso su frente y me tiro fuera de la cama.
Arrastrando los pies y el animo, recorro el pasillo hasta la logia para prender el calefón; mientras el gas recorre las cañerías, pongo un poco de orden en la cocina y vuelvo a su lugar el ruidoso reloj del living, que descolgamos todas las noches para poder dormir... vuelvo sobre mis pasos, la radio a enmudecido, mi esposo la ha apagado y se ha vuelto a dormir profundamente. Sonrio, igual que ayer y antes de ayer...
Bajo el chorro de agua caliente me siento un poco mas animosa y dispuesta a enfrentar este ultimo día de semana, después de todo es viernes (lo mismo me repito desde el martes al jueves... total ya es...) Después de la reconfortadora ducha viene el acicalamiento (la crema el desodorante, el mousse en el pelo...) la radio a vuelto a cantar y se escucha la voz de algún cantante de antaño que no reconozco...
Bajo el chorro de agua caliente me siento un poco mas animosa y dispuesta a enfrentar este ultimo día de semana, después de todo es viernes (lo mismo me repito desde el martes al jueves... total ya es...) Después de la reconfortadora ducha viene el acicalamiento (la crema el desodorante, el mousse en el pelo...) la radio a vuelto a cantar y se escucha la voz de algún cantante de antaño que no reconozco...
Son las 07:00 am, hora de sacar a mi esposo de la cama...
¡¡Amor ya es hora!! llamo amorosa, por respuesta un quejido...
Amor!!!! insisto ya no tan dulce, otro murmullo...
Amor!!!! ya francamente alterada... ya ya!!! dice y se lanza adormilado abajo de la cama, al pasar me besa y entra en la ducha... Ya todo es correr en veinte minutos mas debemos ir saliendo de la casa, pongo un poco de orden, las cosas que usara mi esposo sobre la cama y me dedico a lo mio...
7:25 am... salimos de casa corriendo... esos 5 minutos benditos que me quede enredada en los brazos de mi amor ahora me pasan la cuenta, como ayer y antes de ayer. Corremos hasta el paradero, antes de llegar a la esquina pasa una micro.. es la I03 tranquilizo a mi huraño esposo... En la esquina, esperamos abrazados y medios dormidos sin ganas de hablar, a que el recorrido correcto se digne pasar...
7:30 am... Vamos en la I10 apretujados, dormidos, cansados... las mismas calles, las mismas gentes, la misma hora...
07:50 am... En la esquina de Alameda con las Rejas descendemos y corremos al metro... nosotros y unas 100 personas mas que aparecen de todos los puntos cardinales y se aglomeran en la escalera del tren subterráneo...
Ya vamos en el carro, increíblemente apretados y entre múltiples aromas... en mi cabeza repito son solo 7 estaciones, son solo 20 minutos, manteniendo a raya la crisis de pánico siempre latente en mi interior.
Estación República, 08:00 am, me despido de mi esposo y a empujones salgo del carro... me quedo unos segundos en el anden re-armándome y esperando que el carro se aleje llevandose a lo que mas amo en este mundo, pidiéndole a Dios que el vagón no estalle unas estaciones mas allá siempre con la imagen de Inglaterra y Madrid en mi cabeza... Mientras recorro presurosa el anden camino al exterior, en el televisor que cuelga del techo canta Quique Neira, con el mismo sombrero rojo de ayer, los mismos acordes que antes de ayer... en las escaleras me golpea el aire fresco, respiro profundo y se despiertan las neuronas adormiladas por el sopor del metro... pienso que para ahorrar debería tomar la micro y bajarme en Mapocho... mientras cavilo me da un retorcijón y cruzo corriendo a tomar el colectivo que me deja a una cuadra del baño...
08:20 am Ya estoy instalada en mi oficina, el computador prendido, papeles acumulados sobre el escritorio, mi café aromatizando la oficina, reviso mi correo mientras espero la llamada de mi esposo para saber que esta bien y así poder comenzar mi día laboral... suena el teléfono... Mi amor llegó bien, agradezco a Dios por poder sentirlo sano y salvo al otro lado del teléfono y me hundo en las tareas oficinezcas... Igual que ayer y que antes de ayer....
Amo la cotidianidad junto a ti, amanecer pegada a tu cuerpo, sintiendo tu rítmica respiración y ese beso que me das al pasar medio dormido... amo nuestra complicidad en el metro y ese adiós nostálgico aun sabiendo que solo serán 10 horas de distancia... amo tu llamada y tu voz regalona y adormilada... amo tus "te amo" por correo, por que se que estas pensando en mi como yo pienso en ti...
Amor... solo tú haces que Quique Neira colgando del andén del metro hoy, ayer y antes de ayer me saba a amor...