Su pequeñita cabeza reposa segura sobre mi hombro, abandonada cae sin voluntad, se retuerce un poquito, se acomoda y se duerme profundamente...
Como en la mejor de las camas mi pequeñita se duerme, siento su calor pegadito a mi, siento todo su ser prendido de mi seno y el latir siempre presuroso de su corazón...¡Con que seguridad se abandona en mis brazos!!... de su cuerpo pequeñito emana un olor solo de ella, una mezcla de leche agria y sudor infantil, un delicioso aroma a bebé jugueton y saludable... mi corazón se acelera, mis ojos se nublan de lágrimas retenidas, una amor inmenso e indescriptible me revuelve el alma.
Mi hija amada duerme serena entre mis brazos y el mundo se detiene... ¡que nadie altere su sueño! dejenla que duerma pegadita a mi!!!... que se malenseña, que se acostumbra, que te quita el tiempo y que importa digo yo, si en un soplo los años se irán y mi pequeña se marchara en busca de su vida y me quedare con este hueco entre mis brazos... hoy dejenmela dormida aquí, pegadita a mi, que disfrute de su seguridad y yo de su calor y de ese aroma solo de ella, que me revuelve el alma...
Mañana mi niña sera adulta y otros brazos acunaran sus sueños... hoy es solo mía, dejenmela aquí acurrucada y feliz.