Vencidos por la vida y los hechos, aconsejados por los sucesos mundiales y atemorizados por los fracasos pasados y claro después de mucho conversarlo y meditarlo, con inmenso dolor, con tu Padre decidimos que el sueño de los "hijos propios" quedaría reservado para ese futuro hermoso que se vislumbra lejano pero real. Callé con todas las fuerzas los gritos de mi corazón y las ansias de mis brazos por ese hijo que no vendría y me dispuse a ser feliz con mis haberes sin llorar mis faltas.
Con tu Padre estábamos empeñados en ser realistas y asumir nuestra decisión, cuando mi corazón me contó que algo extraño sucedía en mi ¿Que fue? Una certeza inexplicable, un latido diferente... no lo sé, pero lo supe, presentí que crecías en mi interior, supe que la vida me regalaba nuevamente la posibilidad de ser madre y aunque tu padre lo negaba confiado YO sabia de ti...
Con tu Padre estábamos empeñados en ser realistas y asumir nuestra decisión, cuando mi corazón me contó que algo extraño sucedía en mi ¿Que fue? Una certeza inexplicable, un latido diferente... no lo sé, pero lo supe, presentí que crecías en mi interior, supe que la vida me regalaba nuevamente la posibilidad de ser madre y aunque tu padre lo negaba confiado YO sabia de ti...
La mañana del día sábado 07 de Junio, 2 lineas rosadas e intensas confirmaron mi certeza y me sentí precipitada a un abismo de terror, de amargura y lágrimas. Llore desconsolada aferrada a tu padre... Saberte en mi y saber que te irías como tus hermanos, no podía soportarlo... NO NO.
Durante mucho tiempo no me he atrevido a soñar con que te transformaras en algo real... Los primeros días esperaba aterrada el descalce, el momento nefasto en que se presentaran los primeros indicios de tu partida... pero no llegaba y algo de esperanza crecía en mi, esperanza que acallaba con todas mis fuerzas negandome a disfrutarte. Una semana, otra y yo seguía sin poder soñarte, sin poder imaginarte por miedo a perderte. Miedo de amarte y añorarte para luego tener que resignarme a tu silencioso adiós... Han pasado ya 30 días desde que confirmamos tu presencia, tienes seis semanas de vida y yo ocho de embarazo empezando la novena y te he visto vivir acurrucado en mi vientre. Primero un porotito que latía intensamente y luego un perfil parecido a un pequeño ser humano prendido de mi por un cordoncito. Hay estas, eres real y pase lo que pase eres mi bebé, mi hijo mi amor... No puedo evitar amarte y por eso no lograre jamás eludir el dolor si te vas... aunque luche por no soñarte, yo te se en mi y sufriré si llegas a partir.
Mi temor más grande es amarte y tener que dejarte ir, sin lograr sobreponerme a ese dolor; pero he comprendido que no puedo evitarlo, eludirlo o esconderme... Te amo, te sueño, te ansió aunque me lo niegue insistentemente y lo único que estoy haciendo es privarme de la dicha de saberte en mi, de compenetrarme contigo, de ser feliz por que estas en mi...
Mi pequeño, mi poroto TE AMO con todo mi corazón, me alegra saber que estas bien, vivo y atado a mi. Te ruego que te quedes aferrado ahí donde estas, luchando por conocernos, por abrazarnos y por ser feliz. Tu padre esta ansioso por conocerte, no hace más que hablar de ti y soñarte; le a contado a todo el mundo de tu existencia y los ojos le brillan cuando te imaginamos. Te esperamos con todas nuestras ansias
Tus Padres que te aman...