martes, 23 de octubre de 2007
miércoles, 3 de octubre de 2007
Mis ojos están nublados de lágrimas contenidas, mi corazón oprimido de angustia y en mi garganta atorado un grito de dolor... ayer debiste haber llegado hijo mio, ayer, a mas tardar, debí tenerte entre mis brazos y hoy mi cuerpo, mi corazón y mi alma reclaman tu presencia. Creía haberte dejado ir hace meses, pero aun estas aquí, en mi corazón y hoy mis brazos reclaman tu pequeña figura acurrucada bajo mi seno...
Que difícil es enfrentar este nuevo día, este nuevo mes, sabiendo, comprendiendo que nunca vendrás a nosotros. Te marchaste silenciosamente, te escurriste de mi aquel fatídico 15 de febrero y hasta hoy, tantos meses después... mi corazón reclama tu amor.
Te ame desde que te supe en mi, eres una de las alegrías más grandes que me ha regalado la vida y tu partida junto con la de tu hermano, una de las penas mas infinitas de mi corazón. Quiero que tu recuerdo sepa que te ame, que te amo y que jamás olvidare que sentí tu diminuta presencia creciendo en mi.
Pequeño mio, no llegaste y se que jamás vendrás, jamas veremos tu rostro ni sentiremos tu corazón latiendo fuerte, pero con tu Papá siempre te llevaremos en el corazón... Siempre añoraremos tu presencia y lloraremos tu partida.
Supongo que en algún momento de nuestras vidas te transformaras en recuerdo y estas lágrimas que bañan mi rostro y atormentan mi corazón no brotaran ya mas por ti... pero jamás te iras completamente, siempre vivirás en mi memoria y siempre amare tu fugaz paso por mi vida.
Me hiciste la madre mas feliz del mundo con el solo aviso de tu llegada, despertaste un instinto en mi que creía dormido y ausente... agradezco tu vuelo fugaz por mi vientre...
Adios hijo mio, Santiago mio, Matilda mia, siempre añoraremos vuestra llegada...
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