lunes, 24 de enero de 2011

El empeñado... ella resignada

Desde hacia un buen rato que luchábamos por que Antonia se quedara dormida, habíamos probado todas las técnicas conocidas y efectivas con ella, pero se resistía caprichosa y juguetona, mas nosotros continuábamos batallando, buscando que entrara en ese profundo estado para tener "nuestro momento", pero nada resultaba. Llego el turno de "Papito", quien tiernamente la tomo entre sus brazos, susurrándole frases cariñosas e instándola ha dormir, ella se acomodo regalona en su hombro y con su bracito pequeño se aferro al cuello de papito, cerrando los ojos juguetona, fingiendo dormir. Papito le comenzó a cantar su canción favorita al oído, suavecito, deslizándose por la casa en un tierno y suave vaivén... escuchaba yo desde el sofá los pies descalzos de mi esposo deslizándose y el susurro de la dulce canción. Sin embargo, luego de un rato sentí silencio, un silencio desconcertante, ya no se oía a Papito cantar o a mi hijita reír o reclamar, nada. Me levante silenciosa desde el sofá y fui buscándolos hasta el dormitorio, allí los encontré... acurrucada en su camita mi pequeña, medio adormilada y tratando por todos los medios de complacer a Papá quedándose dormida, mientras Papito, empeñado, estaba tendido junto a ella, acariciándole la cabeza, susurrándole dulces palabras, instándola a dormir.


Que escena mas dulce se presento ante mis ojos, y por un instante quede muda de emoción, prendida de ese amor incondicional... Papito empeñado en que la pequeña se durmiera, la observaba y acariciaba lleno de amor y con casi adoración, y ella en dulce resignación y franco empeño por complacerlo, cerraba sus ojitos adormilados de cuando en cuando, sin emitir ninguna queja aun cuando no podía entrar en el profundo estado deseado. Otras veces se había dormido con el solo cantar de Papito, pero hoy ansiaba un poco de Mamá, y sospechando esto y solo por eso, me atreví a interrumpir esta tierna escena, reemplace a mi esposo en el espacio junto a la cama, le puse mi pecho al que ella se asió ansiosa y en 2 minutos dormía profundamente, sosteniendo aun el dedo de su papito “nindo” y amado.


Dulce trabajo de dos fue aquella noche dormir a nuestra dulce pequeña y mientras ella dormía profunda y cómodamente en su cama, pudimos disfrutar de una botella de buen vino y ese momento nuestro tan escaso estos últimos tiempos.

martes, 18 de enero de 2011

De brazos cruzados con la culpa

Sentada en el comedor, con las manos cruzadas sobre la mesa, observando silenciosamente a mi alrrededor me pregunto mentalmente ¿Y ahora que hago?. La niña se durmio hace un rato y esta metida en su cunita comoda y segura, ya planche la ropa que necesitaremos el fin de semana, hoy hice un aseo profundo por lo que todo se ve pulcramente ordenado, lave la loza de la once y en general esta casi todo en su sitio... repaso mentalmente mis tareas, mientras mis dedos involutariamente golpetean contra el comedor y sigo de manos cruzadas sobre la mesa. Mi esposo navega hace un rato por el ciberespacio tranquilamente y ya intente sentarme a ver algo en la tv, pero por un lado no hay mucho que me apetesca ver y por otro, de un tiempo a esta parte me he acostumbrado a ver television solo cuando la niña se adormila entre mis brazos o cuando quiere jugar a alguna cosa y yo pongo algun programa para mirar de cuando en vez, si no lo considero una real y enorme perdida de tiempo. En fin, la niña dormida, mi esposo en sus cosas, la casa en orden y ¿ahora que hago yo? Pienso en ir a recoger las cosas que Antonia dejo tiradas en su dormitorio... mmm... repaso mentalmente las cosas que estan pendientes y pienso si quizas deberia adelantarlas, entrar la ropa y doblarla o cualquier tarea domestica pendiente, pero no me animo completamente, ¿por que utilizar este tiempo de ocio en tareas domesticas? por que no usarlo en MI... en MI? y quien exactamente es ese MI al que deseo otorgarle estas horas de nada, y es que con este ansiado y reclamado tiempo libre a mi disposición simplemente no se que hacer, mas que llenarlo de las tareas y mas tareas domesticas y cuando se acaban me quedo en medio de la nada y de brazos cruzados. Me pregunto si a todas nos pasara lo mismo, esta cosa extraña de perderse en las necesidades de otros, a tal nivel de que si esos otros no precisan de ti, te quedas en una pausa llena de incertidumbre, preguntandote que diablos hacias antes de ser esposa, antes de ser madre. Mis aficiones siguen siendo basicamente las mismas, me gusta mucho escribir, pero solo cuando puedo ausentarme un segundo de mi rol de madre logro hacerlo, como ahora que lucho para que mi esposo se haga cargo un segundo de la pulguita. También me encanta leer, pero el tiempo escasea y solo lo hago en la locomocion colectiva de regreso a casa, asi aprovecho un tiempo perdido, esa hora es toda mia para sumegirme en mis libros amados. Es decir, sigo teniendo aficiones y gustos, el problema es que LA CULPA de las cosas pendientes que me persigue, me acosa, me señala con el dedo invisible de lo que debe hacerse, y me impide desarrollar ese MI. La culpa, la culpa que me impide cerrar la puerta del baño, "no vaya a ser que alguien me necesite mientras pierdo el tiempo aqui sentada" Ja.
Me admira (de buena manera) que mi esposo pueda simplemente sentarse frente al notebook y perderse en el ciberespacio sin rumbo fijo, por que siempre que le pregunto ¿en que estas? me mira con cara de extrañesa y me dice en Na', por que la verdad solo esta quemando ese tiempo que por derecho le esta otorgado en algo que disfruta simplemente por disfrutar. Mientras yo sentada en el sofa, durmiendo a la bebé pienso desesperada en todas aquellas cosas pendientes que podria estar haciendo y casi me siento culpable de perder este valioso tiempo... pfff



Que virtud la masculina la de no sentir culpa, la de no permitir que ese bichito espantoso les arruine sus goces, goces que sienten ganados por derecho y que nadie puede negarselos o arruinarselos. Comen miles de calorias en una sentada sin nada de culpa, duermen sin culpa, van al baño sin culpa, pierden el tiempo en cualquier idiotez sin culpa, y es mas se urgan la nariz frente a nosotras sin ninguna culpa y anda tu mujer, acostumbrada a sentirte culpable, a tratar de introducirles la culpa, NO te lo permitiran jamas, te miraran con cara de pocos amigos, se encogeran de hombros y emitiran algun gutural comentario inentendible y te dejaran callada. ¿Por que se nos nego esta virtud? ¿Por que a ellos se les permite vivir la vida sin autoflagelarse por nada? Al fin y al cabo, si cometen algun error, si engordan un poco, si beben mas de la cuenta, si llegan atrasados por no prestarle atencion a su despertador, siempre SIEMPRE habra cerca una mujer a la que cargar con la culpa, a la esposa, a la madre, a la amiga...

Creo que ire a recoger las cosas de Antonia mmm si eso hare.