miércoles, 30 de junio de 2010

Esto es vida!!!

 Me tiene cansada todo esto... no sé que especialmente o por que particularmente hoy, no ha sucedido nada extraordinario (quizás sea eso mismo) Las mismas caras de siempre, los mismos problemas, todo intacto, como si el viernes hubiera puesto pausa y hoy play... ningún desafío, si no la misma rutina de hacer esto y aquello que poco aporta a nada o a nadie. El teléfono que suena sin cesar, mis superiores que quieren esto y aquello, irrelevante por lo demás y yo pensando en mi bebé hermosa que me extrañara al despertar, que esta en casa, calientita junto a su abuelita y de seguro al abrir sus ojitos dirá “máma” y su “Yaya” le dirá, no la máma no esta, anda trabajando y ella se conformará por que así son los niños y seguirá su día junto a esa abuela que tanto ama. Y yo seguiré aquí, atrapada con personas que me importan nada, ocupada en cosas insignificantes, contando las horas que faltan para regresar a mi hogar, sintiéndome miserable, frustrada y hasta quizás, un poco fracasada. Y es que en aquellos años en que la vida esta entera frente a ti, sueñas, piensas, crees, que te espera un futuro brillante, lleno de aventuras y desafíos, que con tus fuerzas e inteligencia te basta para conquistar el mundo, que llegaras lejos, cuan lejos desees, aunque a decir verdad, no tienes para nada claro adonde quieres efectivamente llegar. Y unos 15 años después, la realidad te golpea con fuerza, una fuerza brutal y te despiertas atrapada entre 4 paredes haciendo cosas que no te colman, por un sueldo escaso que solo alcanza para sobrevivir, dejándote llevar por la corriente de la rutina por la que circula el común de la gente, aquellos que también se dieron contra la muralla de la realidad y vieron sus sueños y añoranzas convertidos en humo. Te resignas, bajas la cabeza y sigues adelante pateando piedras... así me desperté hoy, pateando las piedras de la realidad, como ya dije, frustrada y resignada contando las horas que se hacen eternas en ese reloj gris que cuelga del muro...




No puede ser esto la vida, grito en mi interior... Entonces evoco esa carita hermosa que sonríe en mi recuerdo, que arruga su nariz y corre a mi encuentro con los brazos extendidos diciendo máma, máma... y me da un abrazo apretado y mil besitos... recuerdo, también, a ese hombre apuesto y amoroso que me acoge cada noche entre sus brazos y me murmura al oído cuando me ama, recuerdo la tibieza del sol en nuestras caras a orillas del calle-calle, o la brisa golpeando nuestro rostro en el hermoso Futrono, recuerdo las carcajadas que compartimos el domingo aquel en que la pequeña Antonia bailaba al ritmo de la radio e imitaba nuestros pasos, recuerdo todos los pequeños momentos que comparto junto a los que amo y la felicidad infinita que siento cuando nos acurrucamos los tres en la cama a dormir la siesta, cuando el tiempo se detiene y todo parece en paz y perfecto y digo ESTO ES VIDA, esto es lo que he conseguido, mis logros, mis triunfos y lo que realmente importa y me siento satisfecha, renovada y dispuesta a seguir soportando esto que ayuda a que lo otro sea posible.

viernes, 18 de junio de 2010

Mas alla de las olas y la niebla...

Tras los pasos prudentes hacia el mañana, hacia el futuro, hacia lo incierto, siempre va el tambaleante dudar de sí el siguiente movimiento nos llevara a lo que anhelamos y buscamos sin descanso “La ansiada felicidad” o si al menos encontraremos un grado de paz que nos permita disfrutar de los pequeños detalles que llenan nuestra vida y la hacen valiosa. El futuro se presenta como sombras difusas, niebla espesa que esconde el misterioso porvenir, nunca sabemos que realmente nos espera mas allá de las olas espesas del presente y vamos arriesgando vida, tiempo y sentimientos mientras nos adentramos en el turbulento mar del mañana, buscando tierra firme, siempre a tientas, pero seguros de que mas allá de la niebla encontraremos aquello que buscamos y que nos permitirá impulsarnos y seguir adelante, avanzando, superando y dejando atrás lo malo, para atesorar lo bueno.

Sin embargo, a veces, como hoy o como esta semana o quizás como este mes completo y tal vez aun más allá en mi vida, las fuerzas de estas gigantes olas del presente son tan poderosas que me arrastran a su antojo y me siento perdida en esa niebla, dando manotazos a locas, buscando pisar tierra firme en forma desesperada para encontrar estabilidad, paz, y así dar el siguiente paso sin caer en el abismo de la desolación y perder para siempre la cordura.

Particularmente hoy, la niebla se ha vuelto aterradoramente espesa y oscura, me envuelve y confunde, modifica las realidades y me ahoga, transforma las cosas mínimas en colosos monstruos amenazantes que me aterran y me dejan sin fuerzas, me paralizan y huyo, me escondo, me refugio, sin lograr ver la hermosa realidad que me espera allá lejos de este cruel escenario en que me veo obligada a caminar. Cierro los ojos y espero en silencio a que la bruma se disipe un poco, lagrimas silenciosas limpian mis ojos y un sollozo retenido por milenios escapa de mis labios, siento temor de extender mi brazo y que ese monstruo siga allí, acechándome, esperando para devorar mi cordura, me siento débil e ínfima, incapaz, cual niña asustada esperando a ser rescatada... me pregunto donde han quedado mis fuerzas, aquellas que me han permitido llegar hasta aquí, dejando atrás tantos pesares y problemas, esas que me sostienen y que ha otros ha sostenido, donde se fue, quien me la quito, quien la consumió... No lo sé, solo percibo este vacío en mi voluntad, este temor que me paraliza, que me torna vulnerable y pequeña, incapaz de alzarme y tomar las riendas de esta vida mía, que como todas tiene de tristezas y alegrías, de pesares y de risas... no es particularmente desgraciada o especialmente intrincada, sin embargo, hoy la percibo injustamente sobrecargada de problemas insolubles, mas no es eso lo que me angustia, si no mi propia vulnerabilidad, mis ganas de huir, de esconderme, de bajar los brazos y dejarme llevar por las olas mar adentro y perderme en su vaivén, ya no luchar, ya no ir tras nada mas que silencio, un infinito silencio que acalle mi mente tortuosa y dormirme en la corriente de este mundo, que hoy siento en mi contra.

Pero más allá de las olas, mas allá de la niebla, escucho primero el murmullo de una voz infantil llamándome “Mamá, mama”, luego una voz varonil que me nombra amoroso y que me insta a seguir, me recuerda que su mano firme me espera allá, que solo me basta extender mi brazo y el me atraerá hacia si y me confortara entre sus brazos, que solo falta un poco mas, que luche un poco mas y estaré con ellos en tierra firme, para recobrar las fuerzas, con ellos mis amores, mi vida, la de verdad, la que la niebla no me deja ver.

Un poco mas y podré ver mas allá de las olas, mas allá de la niebla.